Osteopatía

embarazo y posparto

Osteopatía en el Embarazo


 

El embarazo es un proceso en el que se producen una serie de cambios fisiológicos a muchos niveles, desde el momento de la gestación hasta el postparto. Para que la mujer pueda adaptarse bien a esos cambios y, así, vivir un buen embarazo y posparto, importa mucho disfrutar de un buen estado de salud tanto físico como psíquico. En el desarrollo de la gestación influirá decisivamente, por ejemplo, la forma en la que la madre viva el embarazo, por eso hay que atenderla tanto emocional como fisiológicamente.

La osteopatía, consciente de esta complejidad del embarazo, ayuda a que la mujer se adapte mejor a los cambios y a restaurar el equilibrio en caso de que aparezcan síntomas que dificulten la gestación. También estará pendiente de que todas las estructuras  implicadas en el parto estén preparadas  para evitar, en el caso de que se presenten complicaciones, el recurso al uso de fórceps, ventosas, disfuncionalidades del suelo pélvico… o incluso la práctica de la cesárea. A lo que sí recurre la osteopatía en su acompañamiento de la gestante es a técnicas manuales y a la enseñanza de la práctica del método 5P.

Para un buen tratamiento de osteopatía en una mujer embarazada tendremos en cuenta el estado de salud de la mujer, y, también, el del feto: su evolución, sus semanas de gestación, su posición…con el objetivo de ayudar a darle el mayor bienestar. Una ciática, lumbalgia, dorsalgia, dolor a nivel del coxis, cualquier dolor del pubis o pélvico, cefaleas, fatigas, etc, nos indica que la funcionalidad está alterada. Lo que procede en esos casos en un tratamiento adecuado que libere los obstáculos y facilite el buen desarrollo del embarazo.

Tengamos en cuenta que el bebé está creciendo y desarrollándose  desde su primera división celular hasta su muerte. Si hay un elemento químico y emocional que lo altere, impedirá que su desarrollo se dé con plena funcionalidad, presentando incluso una disfunción.

 

 

Osteopatía en el posparto

Después del parto se hace necesaria, con frecuencia, una nueva regulación de la postura y del movimiento en consonancia con los cambios que se van produciendo en las funciones vitales de la mujer. Los osteópatas pretendemos contribuir a la mejora de la regulación de la postura y del movimiento, así como de las consecuencias que haya podido provocar el parto.

El suelo pélvico se va a ver afectado en el parto y es necesario recobrar el equilibrio para su buen funcionamiento ya que una alteración del suelo pélvico puede repercutir en la vida sexual sufriendo dolor en las relaciones o falta de sensibilidad; puede también influir en problemas de Incontinencia urinaria, de heces o de gases; puede contribuir a sufrir prolapsos de vejiga, útero o recto; puede finalmente alterar la biomecánica de la pelvis provocando dolores a este nivel…

La movilidad de los huesos que forman la pelvis también puede verse alterada tras el parto provocando disfunciones articulares, dolores en la zona como coxigodinias, ciáticas, lumbalgias… y otras alteraciones

En caso de cesáreas también es importante tratar a la mujer tras la intervención para valorar las adherencias y toda la pelvis tanto articular como suelo pélvico.

El parto supone un sobreesfuerzo que activa hasta el extremo distintos mecanismos de funcionalidad corporal que afectan a la pelvis, a las cervicales, al diafragma…Tras el parto todos deben de ser restaurados.